Gracias, amor







Verdaderamente no se que mas pedirle al universo si estoy contigo, pues desde que apareciste mi vida entera ha cambiado.

Me tiemblan los ojos cuando escribo de ti, y no precisamente por algo malo, es que hemos pasado tantas cosas, me has sacado y te he sacado de cada charco en el que a veces por una cuestión  pequeña nos caemos. No hay día en el que no quiera abrazarte y besarte tan fuerte, tan fuerte que cada abrazo viene acompañado de un “Ojalá no te vayas nunca” de todos los “Quédate siempre” que puedan existir.

Un mes, que se siente tan precioso como el primero y aunque en realidad para mí ya hayan sido más de uno, si me pudiera quedar un momento, me quedaría contigo abrazándome en la cama, mientras me miras como si firmaras un tratado de paz contra mis miedos.

Dicen que somos de quien nos acordamos cuando tenemos miedo, y yo debo tener miedo siempre, pues me acuerdo todo el día de ti. Gracias por todos esos momentos inolvidables, por los recuerdos felices y hasta por los que no son tan felices, pero igualmente verdaderos, por las confidencias, por las risas, por las caricias y por los besos, por haber despertado mi piel a las sensaciones más placenteras, y no me voy a cansar de repetírtelo las veces que haga falta, gracias. 

Aunque tengo la sensación de que, por más que lo pronuncie o lo escriba, nunca resulta suficiente en comparación con todo lo que tú me das.
A veces pienso que hay personas que llegan al mundo para enseñar, y tú eres una de ellas. Y que mejor día para informarte de que mi vida es mucho más bonita desde que me alumbras como si fuera una Luna fiel. Espero que en tu próximo cumpleaños cuando soples las velas ates mi destino a tu futuro, ojala las soples y apagues todos tus miedos, es hora de encender deseos,  nuestros deseos.
Gracias por este mes oficial, gracias por todo lo bueno y lo malo, gracias por enseñarme tanto. Feliz 25 compañero, novio, amigo, amante, roomie de mi vida.

Linda


Comentarios

Entradas populares de este blog

Con la novedad...

Cumplesueños

Como un huracán